
El Premio Don Quijote de la Mancha, concedido por la Fundación Santillana y la Junta de Castilla-La Mancha, ha correspondido en su segunda edición, en la categoría de mejor labor institucional, a Gloria Macapagal-Arroyo, presidenta de Filipinas, por la introducción de la enseñanza de la lengua española en los planes de estudio nacionales del país asiático.
El jurado ha considerado que al introducir la enseñanza del español en los planes de estudio nacionales, el Gobierno filipino reconoce la importancia creciente del español como lengua de comunicación global. El proyecto de la República de Filipinas es una iniciativa educativa que amplía el área de colaboración política, institucional y económica que hoy se desarrolla en lengua española.
Y en la categoría de destacada trayectoria individual, el escritor peruano Mario Vargas Llosa ha sido premiado por su labor como novelista, ensayista, crítico literario, periodista e intelectual comprometido con su tiempo. Vargas Llosa es un infatigable creador desde que, en 1959, publicó su primera obra literaria.
De él, el jurado ha considerado que durante los últimos cincuenta años "no ha dejado de enriquecer con su magisterio el territorio creativo de la lengua española, integrando en nuestra tradición narrativa las más destacadas influencias de la literatura universal y haciendo de su propia obra literaria uno de los más sólidos y prestigiosos referentes de la cultura".
El Premio Internacional Don Quijote de la Mancha nació en 2008 con la vocación de otorgar reconocimiento institucional a la obra de los candidatos de cualquier nacionalidad que mejor hayan contribuido a la difusión internacional y el conocimiento de la cultura y de la lengua española. La dotación del premio para cada modalidad es de 25.000 euros, y los premiados recibirán, además, una escultura del artista Manolo Valdés. La ceremonia de entrega tendrá lugar en la ciudad de Toledo, en otoño de 2009.
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