
En muy pocos museos del mundo se puede contemplar, por poner algunos ejemplos, un Desastre de Goya junto a una pintura de Ramón Casas, un López Mezquita en la misma sala en la que se proyecta Salida de la fábrica de los hermanos Lumière, una escultura de Juan Muñoz al lado de dos enormes piezas de Richard Serra o una selección de Caprichos y Disparates, también de Goya, compartiendo techo con dibujos y aguafuertes de Gutiérrez Solana.
Ésta es parte de la nueva organización de la colección permanente del Museo Reina Sofía, una institución que cuenta ya con unos fondos de 17.000 obras, de las cuales se exhiben al público mil, incorporando 137 nuevas y 400 más rescatadas de los almacenes de la institución. Con Goya y el El Guernica como estandartes principales de esta nueva etapa del Museo, en constante y profunda renovación, los 7.500 metros cuadrados útiles que albergan las treinta y ocho irreconocibles salas expositivas ofrecerán una nueva versión de la historia del arte que fija su punto de partida en la modernidad y que, según el director del Museo, Manuel Borja Villel, "terminan con una división administrativa que no tiene sentido dentro de la historia del arte".
Ésta es parte de la nueva organización de la colección permanente del Museo Reina Sofía, una institución que cuenta ya con unos fondos de 17.000 obras, de las cuales se exhiben al público mil, incorporando 137 nuevas y 400 más rescatadas de los almacenes de la institución. Con Goya y el El Guernica como estandartes principales de esta nueva etapa del Museo, en constante y profunda renovación, los 7.500 metros cuadrados útiles que albergan las treinta y ocho irreconocibles salas expositivas ofrecerán una nueva versión de la historia del arte que fija su punto de partida en la modernidad y que, según el director del Museo, Manuel Borja Villel, "terminan con una división administrativa que no tiene sentido dentro de la historia del arte".
Aunque entre los objetivos de esta reorganización estaba mostrar las 537 piezas nunca vistas y lucir los incorporados grabados de Goya, también se pretende romper con los conceptos canónicos y homogéneos establecidos para la cronología de la historia del arte contemporáneo y contextualizar en su medida los distintos momentos artísticos de los siglos XX y XXI sin recurrir al método lineal y cronológico. (Más)
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